Una de una de las grandes representantes del realismo en nuestro país. Su carrera como pintora empieza en los años 50 en el estudio de Eduardo Peña en Madrid. Conoce en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando a muchos de sus amigos y posteriores compañeros de generación como Antonio López García, Julio López Hernández,Francisco López Hernández, Isabel Quintanilla, Esperanza Parada, Carmen Laffón, Joaquín Ramo, Enrique Gran y Lucio Muñoz, con el que se casa en 1960.
Su pintura realista se centra principalmente en retratar las calles de Madrid, sus comercios y fachadas decadentes. Las obras de sus primeros años tienen un mayor componente social, con presencia de la figura humana, que va haciendo desaparecer con los años para centrarse en reflejar no lo humano, sino la huella de lo humano.
En los años ochenta empieza a trabajar también en interiores. A su obra sobre tabla hay que añadir una larga trayectoria como grabadora.
