De formación autodidacta, desde joven trabaja en los talleres de diferentes escultores tanto en Asturias como en Madrid donde perfecciona la técnica escultórica. En 1972, animado por su hermano Enrique Fernández, monta una fundición y taller de escultura llamada ESFINGE, que a día de hoy es considerada una de las mejores fundiciones especializadas en escultura.
Alejado de cualquier connotación conceptual, su obra oscila entre la figuración de sus primeros años y la abstracción posterior, logrando un lenguaje muy personal que enraiza directamente con la obra de Brancusi o Henry Moore. Trabaja con diferentes materiales como madera, bronce o piedra, simplificando al máximo la forma para crear formas orgánicas de delicado acabado sobre las que resbala la luz suavemente creando un juego de volúmenes que invitan a la contemplación.
En la década de los 80 recibe el encargo de realizar la estatuilla de los Premios Goya de cine.
