Su interés por las artes plásticas se desarrolló siendo él muy joven. Tras realizar los estudios de Bellas Artes en la Escuela de San Carlos de Valencia recibió una beca para ir a París, donde conoció los movimientos de vanguardia. Allí recibió influencias de Paul Klee, Wassily Kandinsky, Henri Matisse, Piet Mondrian o Georges Braque (a quien suele visitar en su taller). De esta etapa son sus primeros estudios abstractos realizados en gouache sobre cartulina. Comienza entonces su progresivo desarrollo a partir de formas geométricas simples, que se integran en composiciones más complejas, superponiéndose o adquiriendo volumen. Utiliza diferentes materiales como soporte y su gama cromática se tiñe de tonos ocres y tierras.
En una segunda estancia a París conoce y aprende la técnica serigráfica, en la que se centrará a partir de ese momento. A mediados de la década de los años sesenta recibe una beca para acudir a Estados Unidos. Allí toma contacto con nuevas tendencias artísticas (el pop, el minimalismo, el movimiento Fluxus), y realiza varias exposiciones, una de ellas en el Moma. En su última etapa vital se interesó por la escultura y su relación con lo cinético, lo óptico y la luz.
Es el pintor más representativo de la abstracción geométrica y del movimiento cinético de nuestro país. La línea y su repetición, y un gran dominio del color que logra hacer vibrar la luz, dan profundidad a sus composiciones pictóricas.