Estudia en el liceo artístico de Benevento de 1964 a 1968. En 1977 se traslada a Milán, y un año después a Nueva York donde realiza varias exposiciones individuales. En ésta época presenta un estilo monocromo en el que incluye elementos figurativos y objetos encontrados.
En los años ochenta se une a la transvanguardia italiana junto a los artistas Francesco Clemente, Enzo Cucchi, Sandro Chia, Nicola de Maria, grupo con el que participa al año siguiente en la Bienal de Venecia de la mano de Achille Bonito Oliva. Tras esta primera Bienal se suceden las exposiciones por todo el mundo. La transvanguardia se caracteriza por un regreso a la pintura, basado en un estilo figurativo derivado de la imaginería cristiana y clásica combinado con el estilo gestual propio del expresionismo abstracto.
No obstante, Paladino cultiva un estilo personal claramente reconocible. No rechaza ni el arte abstracto ni el conceptual. Su arte refleja una alegoría de la figura humana, con referencias a la tradición grecorromana, al surrealismo, etc., representada con trazos violentos y colores intensos. A partir de 1982 viaja a Brasil, sintiéndose atraído por la mezcla de las culturas, hecho que se refleja en su obra. Realiza lienzos muy coloreados en los que representa animales híbridos y distorsionados. Utiliza las técnicas tradicionales para sus obras. Sus representaciones siguen siendo esquemáticas, nunca representa los detalles ni las expresiones. A partir de los años 90, representa personajes hieráticos, cabezas arcaicas, introduce el pan de oro en sus obras. Realiza esculturas de cerámicas pintadas y de acero.