Artista autodidacta y polifacético, comienza a pintar a los 17 años, tras conocer a Antonio Suárez en el estudio de arquitectura en el que ambos trabajaban. Tras sus iniciales pasos en la pintura en los años 50, durante un viaje a Londres en 1960 descubre la que será su actividad más reconocida y personal, la escultura.
En 1975 establece su residencia en Valdediós, Villaviciosa, donde redescubre la madera como materia artística e inicia una nueva etapa en su obra, hasta entonces caracterizada por el trabajo en hierro. También retoma la pintura, con una temática muy naturalista, y la artesanía, con el diseño de muebles, el mosaico, la vidriera, la fotografía (fue miembro del grupo La Palangana, junto a fotógrafos como Leonardo Cantero, Francisco Ontañón, Ramón Masats o Gabriel Cualladó), los elementos urbanísticos y arquitectónicos, así como la ilustración. Durante esa década y la siguiente, su obra escultórica tendrá difusión internacional por su participación en las Bienales de Säo Paulo y de Venecia. A partir de 1970 el escultor evoluciona hacia una simplificación formal que irá impregnando toda su obra.
Como escultor se le considera un destacado representante de la orientación abstracta y constructivista, aunque su producción con el papel como soporte (obra gráfica, collage, aguada, dibujo, fotografía, etc.) fluctúa entre la abstracción y la figuración.