Comienza su formación artística en Huelva, donde publica sus primeras obras de tema taurino en revistas locales. Posteriormente se traslada a Madrid y, aunque inicialmente estudia Ingeniería Industrial –a la vez que visita el taller de Vázquez Díaz y el Museo del Prado– terminará decantándose por la pintura, ingresando en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Durante estos años se relaciona con personalidades de la talla de Lorca, Alberto Sánchez, Buñuel, Torres-García, Neruda, Adriano del Valle, Alberti o Miguel Hernández. Participa en diversas exposiciones y realiza sus primeras colaboraciones teatrales e ilustraciones literarias.
A partir de la década de los años 50 se va alejando progresivamente de la figuración y adentrándose en la abstracción, experimentando con distintos materiales y soportes, razón por la que es considerado uno de los más interesantes artistas españoles representativos de la vanguardia abstracta de la segunda mitad del siglo XX. Su trayectoria adquiere dimensión internacional, exponiendo por todo el mundo.