Hijo y nieto de orfebres, tanto él como su hermano Francisco eligieron el oficio de escultor. Realizaron sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid y en la Academia de Bellas Artes de San Fernando donde conocieron a Antonio López, Lucio Muñoz, Amalia Avia o Carmen Laffon con quienes formarán la Escuela del denominado realismo madrileño.
Comienza trabajando tallas religiosas, aunque pronto evoluciona hacia el llamado nuevo realismo, utilizando temas más cotidianos y familiares, siempre con el bronce como principal material de sus obras y dando gran importancia a las texturas. Muchos de los modelos que elige son madrileños, y gran cantidad forman ya parte de las calles de esta ciudad. Adquiere gran reputación por sus medallas, y hacia 1975, continuando con su estilo realista, comenzará con la elaboración de piezas a tamaño natural a las que irá descomponiendo en fragmentos, mostrando el vacío, lo incompleto, dotándolas de un sutil surrealismo muy personal.